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Instalación y gestión de sistemas de climatización eficiente 23 de mayo de 2025

Mantenimiento de climatización eficiente: reduce tu factura energética

Redacción Redacción
Última actualización Actualización: 23 de mayo de 2025
En pocas palabras

¿Te asusta la factura de la luz o el gas cada vez que pones la calefacción o el aire acondicionado? ¡Tranquilo, no estás solo! Mucha gente no se da cuenta de que un gesto tan sencillo como el mantenimiento de la climatización eficiente puede marcar una diferencia enorme en lo que pagas. En esta guía, nos vamos a olvidar por un momento de comprar equipos nuevos o de instalaciones complicadas. ¡Eso ya lo cubren otros artículos! Aquí nos centraremos exclusivamente en cómo cuidar tu sistema actual, paso a paso, para que funcione de maravilla y, sobre todo, gaste lo mínimo posible. ¡Vamos al lío!

¿Por qué el mantenimiento es crucial para la eficiencia?

Piénsalo de esta manera: tu sistema de climatización, ya sea aire acondicionado, calefacción, bomba de calor o cualquier otro, es un poco como tu coche. Si nunca le cambias el aceite o no revisas los filtros, ¿qué ocurre? Pues que empieza a tragar más combustible, rinde peor y, al final, te puede dejar tirado en el peor momento. ¡Con la climatización pasa algo muy parecido!

  • Mayor consumo de energía: tu contador de luz o gas empieza a correr como un loco. ¡Y eso duele en el bolsillo!
  • Menor confort en casa: notas que tarda más en enfriar o calentar, o que unas zonas están bien y otras no tanto.
  • Más riesgo de averías: las piezas que trabajan forzadas acaban rompiéndose antes. Y créeme, las reparaciones de climatización no suelen ser precisamente baratas.
  • Aire de peor calidad: si los filtros están sucios, no pueden hacer bien su trabajo de atrapar polvo, polen o ácaros. Respiras un aire menos limpio.

Por todo esto, quiero que veas el mantenimiento no como un gasto, sino como una inversión muy inteligente. Es la clave para mantener la eficiencia energética de tu equipo por las nubes y tus facturas bajo control.

Mantenimiento que puedes hacer tú mismo

¡Aquí vienen las buenas noticias! Hay varias tareas bastante sencillas que puedes realizar sin necesidad de llamar a un técnico y que tienen un impacto gigante en la eficiencia de tu climatización. Son como darle unas “vitaminas” a tu sistema para que esté en plena forma. ¡Anímate a ponerte manos a la obra!

Limpieza (o cambio) de filtros: el paso número 1 para la eficiencia

Si solo pudieras hacer una cosa, que sea esta. Los filtros son los guardianes que atrapan el polvo y la suciedad del aire que circula por el sistema. Si se obstruyen, el aire simplemente no puede pasar bien. Es como intentar respirar tú mismo con la nariz completamente tapada. El motor tiene que forzarse una barbaridad.

  • ¿Qué hacer? Primero, localiza los filtros. Suelen estar en la unidad interior, justo detrás de una rejilla que normalmente se puede quitar fácilmente. Sácalos con cuidado. Fíjate si son lavables: si es así, límpialos con agua tibia y un poco de jabón neutro. Eso sí, asegúrate de que estén completamente secos antes de colocarlos de nuevo. Si son desechables, simplemente cámbialos por unos nuevos del mismo tamaño y tipo. Puedes encontrarlos en ferreterías o tiendas especializadas.
  • ¿Cada cuánto? Esto depende mucho de cuánto uses el equipo y si vives en una zona con mucho polvo o polen. Pero una buena regla general es echarles un vistazo cada mes y limpiarlos o cambiarlos cada 1 a 3 meses. ¡Vas a notar la diferencia!
  • Impacto en la eficiencia: solo con mantener los filtros limpios, puedes reducir el consumo de energía de tu aire acondicionado entre un 5% y un 15%. ¡No es ninguna tontería!
En pocas palabras

Un consejo práctico: Ponte un recordatorio en el móvil o apúntalo en el calendario de la cocina. Es una de esas cosas que, si no, se nos suele pasar.

Revisión de termostatos: ¿lo tienes bien configurado?

El termostato es como el cerebro que le dice a tu sistema cuándo encenderse y apagarse. Si no funciona correctamente o lo tienes mal programado, puede estar dando órdenes equivocadas. ¿El resultado? Que el equipo trabaje cuando no debe, gastando energía tontamente.

  • ¿Qué hacer? Primero, comprueba que mida bien la temperatura. Puedes poner un termómetro de ambiente fiable al lado y comparar. Revisa la programación: ¿los horarios coinciden con cuándo estáis en casa realmente? ¿Estás usando los modos “eco” o de ahorro si tu termostato los tiene? Si todavía tienes un termostato antiguo, plantéate seriamente instalar uno inteligente. Se controlan desde el móvil y optimizan el uso de una forma increíble, ¡se amortizan solos bastante rápido! Puedes encontrar más ideas sobre esto en nuestra guía para ahorrar con la climatización eficiente.
  • ¿Cada cuánto? Dale un repaso a la configuración cada vez que cambie la estación (antes del verano y antes del invierno) y verifica que mida bien la temperatura al menos una vez al año.
  • Impacto en la eficiencia: ajustar la temperatura deseada solo 1 grado Celsius (por ejemplo, poner la calefacción a 20°C en lugar de 21°C) puede suponer un ahorro de hasta un 7% en el consumo. ¡Cada grado es importante!

Limpieza de unidades exteriores e interiores (lo que se ve)

El polvo y la suciedad no solo atacan a los filtros. Las rejillas por donde sale el aire dentro de casa y la unidad que tienes instalada fuera (si es un aire acondicionado o bomba de calor) también necesitan limpieza.

  • Unidad interior: pasa un paño ligeramente húmedo por las rejillas de salida de aire. Así quitas el polvo que se acumula y que puede dificultar que el aire salga bien. También, asegúrate de que no haya muebles, cortinas u otros objetos bloqueando la entrada o salida del aire. Necesita espacio para “respirar”.
  • Unidad exterior: ¡Muy importante! Antes de tocar nada aquí, apaga el equipo completamente y, si puedes, desconéctalo de la corriente por seguridad. Una vez hecho esto, revisa la unidad exterior. Quita hojas secas, ramas, telarañas o cualquier suciedad que veas en las rejillas. Puedes usar un cepillo suave o incluso una aspiradora con cuidado por fuera. Es vital que tenga espacio libre alrededor, al menos medio metro por todos lados, para que el aire circule sin problemas.
  • ¿Cada cuánto? Echa un vistazo cada pocos meses y haz una limpieza más a fondo al menos un par de veces al año. Sobre todo, antes de que empiece la temporada de uso fuerte (verano para el frío, invierno para el calor).
  • Impacto en la eficiencia: un flujo de aire sin obstáculos, tanto dentro como fuera, es fundamental para que el intercambio de calor funcione bien. Si el aire no circula libremente, el rendimiento del equipo baja y el consumo de energía sube.

Comprobación de desagües (si tienes aire acondicionado)

Cuando usas el aire acondicionado en verano, este genera agua por la condensación, igual que un vaso frío “suda”. Ese agua tiene que salir por algún sitio, normalmente por un tubito fino o una bandeja que va a un desagüe. Si ese tubo se atasca con suciedad o moho, el agua puede empezar a gotear dentro de casa, lo que a menudo causa humedades.

  • ¿Qué hacer? Busca ese tubito de desagüe. Suele salir de la unidad interior y va hacia el exterior o a un desagüe general de la casa. Comprueba que no esté aplastado, doblado o visiblemente atascado. Para prevenir atascos por algas o moho, puedes verter con cuidado un poquito de agua con vinagre o lejía muy diluida por la bandeja de condensación (si tienes acceso fácil) o soplar suavemente por el extremo del tubo si es posible.
  • ¿Cada cuánto? Es buena idea revisarlo al principio de cada verano y quizás una vez a mitad de temporada si lo usas mucho.
  • Impacto en la eficiencia: aunque un atasco aquí no aumenta directamente el consumo de energía, sí puede hacer que tu equipo deje de funcionar cuando más lo necesitas, interrumpiendo tu confort y pudiendo derivar en problemas mayores si el agua rebosa.

Mantenimiento profesional: ¿cuándo y por qué es indispensable para la eficiencia?

Hay ciertas tareas que, por seguridad y porque requieren conocimientos técnicos específicos, es mucho mejor dejar en manos de un profesional cualificado. Intentar hacerlas tú sin saber puede ser peligroso (¡ojo con la electricidad y los gases refrigerantes!) o podrías acabar estropeando el equipo. Una revisión hecha por un experto una vez al año es la mejor garantía para mantener la máxima eficiencia a largo plazo.

La revisión anual: ¿qué incluye y por qué optimiza el consumo?

Cuando llamas a un técnico certificado, este hará una revisión mucho más profunda que la limpieza superficial que hacemos nosotros. Su trabajo es clave para encontrar esos pequeños problemas ocultos que, sin que te des cuenta, están haciendo que tu equipo gaste más de la cuenta.

¿Qué suele incluir esta revisión profesional?

  • Limpieza a fondo de componentes internos que no vemos fácilmente, como serpentines y ventiladores.
  • Comprobación de la carga de gas refrigerante, algo crucial en aires acondicionados y bombas de calor.
  • Revisión de las presiones de trabajo, por ejemplo, en el circuito de una caldera.
  • Inspección detallada de las conexiones eléctricas.
  • Verificación del buen funcionamiento de motores, ventiladores y la precisión del termostato.
  • Búsqueda de posibles fugas de refrigerante o agua.
  • Medición del rendimiento general del sistema.

¿Por qué esto optimiza el consumo? Porque el técnico detecta y corrige esos pequeños desajustes (como una carga de gas un poco baja, un sensor que no mide bien, o un componente que empieza a dar señales de fatiga) antes de que se conviertan en un problema gordo que dispare tu factura.

¿Cuándo hacerla? Lo ideal es una vez al año. El mejor momento suele ser justo antes de empezar la temporada de uso intensivo: en primavera si es para el aire acondicionado, o en otoño si es para la calefacción.

Limpieza profunda de componentes internos (serpentines, ventiladores)

Dentro de las unidades de climatización, tanto la interior como la exterior, hay piezas clave que nosotros no solemos poder limpiar bien. Hablo de los serpentines (esas rejillas metálicas, a menudo con muchas aletas finas, por donde circula el refrigerante o el agua caliente) y los ventiladores internos. Si acumulan una capa de suciedad y polvo pegado, el intercambio de calor entre el aire y el sistema se vuelve muy difícil.

¿Qué hace el técnico? Utiliza productos de limpieza específicos y herramientas adecuadas (como cepillos especiales o a veces incluso máquinas de vapor o agua a presión controlada) para limpiar a fondo estas piezas sin doblar las aletas ni dañar nada. Es una limpieza mucho más profunda y efectiva que la que podemos hacer nosotros por fuera con un paño.

Impacto en la eficiencia: ¡Es enorme! Un serpentín sucio obliga al equipo a trabajar mucho más tiempo y con más intensidad para conseguir el mismo resultado. Puede aumentar el consumo energético de forma drástica, ¡hasta un 30% o más en casos de mucha suciedad acumulada!

Comprobación de refrigerante (AC/Bomba de calor) o presión (Calefacción)

Aire Acondicionado / Bomba de Calor: el gas refrigerante es el alma del ciclo de frío y calor. Si hay una pequeña fuga y el nivel de gas baja, o si por alguna razón hay demasiado gas, el equipo no puede funcionar bien. Trabajará forzado, enfriará o calentará menos de lo esperado y, sobre todo, consumirá mucha más electricidad.

El técnico utiliza manómetros especiales para medir la carga de refrigerante y la ajusta con precisión si es necesario.

Calefacción (Calderas de gas o gasoil): en los sistemas de calefacción por radiadores, la presión del circuito de agua es vital. Si la presión es demasiado baja, la caldera puede no arrancar o los radiadores más alejados no calentarse bien. Si es demasiado alta, puede ser peligroso y activarse la válvula de seguridad.

Impacto en la eficiencia: mantener los niveles correctos de refrigerante y la presión adecuada en el circuito es absolutamente esencial.

Revisión de conexiones eléctricas y componentes clave

Con el paso del tiempo, las vibraciones normales del funcionamiento y los cambios de temperatura pueden hacer que algunas conexiones eléctricas dentro del equipo se aflojen un poco. Una conexión floja no solo es un riesgo (puede provocar chispas o cortocircuitos), sino que también crea resistencia eléctrica. Esa resistencia hace que parte de la energía se pierda en forma de calor inútil en la propia conexión, en lugar de usarse para climatizar.

Esto reduce la eficiencia general del sistema. El técnico revisa y aprieta todas las conexiones importantes y comprueba el estado de otros componentes eléctricos como contactores, capacitadores, etc., que son cruciales para el arranque y funcionamiento eficiente del motor.

Calendario de mantenimiento eficiente: un resumen para no perderte

Tareas frecuentes (cada 1-3 meses, hazlo tú)

Revisar/Limpiar filtros: ¡La estrella del mantenimiento! Cada mes si le das mucha caña, cada 2-3 meses si el uso es más tranquilo.

Tareas periódicas (cada 6 meses - 1 año, parte tú, parte profesional)

  • Limpiar rejillas interiores y unidad exterior (Tú): Un par de veces al año está genial, sobre todo antes de empezar a usarlo a tope en verano o invierno.
  • Comprobar desagüe del AC (Tú): Al empezar el verano y quizás otra vez a mitad.
  • Revisar configuración del termostato (Tú): Idealmente, cada cambio de estación.
  • Revisión profesional completa (Experto): Una vez al año. No te la saltes. Es la mejor forma de asegurar eficiencia, prevenir averías y alargar la vida de tu equipo.

Señales de alerta: ¿cuándo tu equipo pide mantenimiento urgente por baja eficiencia?

A veces, tu sistema de climatización te manda señales, como diciendo “¡Eh, algo no va bien aquí y estoy gastando de más!”. Es importante aprender a escuchar esas señales. Llama a un técnico sin dudarlo si notas alguna de estas cosas:

  • Facturas de energía inexplicablemente altas: si de repente tu consumo se dispara y no has cambiado tus hábitos.
  • El equipo enfría o calienta poco, o tarda una eternidad: notas que ya no rinde como antes. Claramente, está luchando y consumiendo más para hacer menos.
  • Ruidos extraños: oyes chasquidos, zumbidos fuertes, golpeteos metálicos o cualquier sonido que antes no hacía. A menudo indican que una pieza está forzada o a punto de fallar, lo que casi siempre implica un malgasto de energía.
  • Malos olores: si huele a humedad (puede ser moho en el interior o problema de desagüe), a quemado (¡peligro!) o simplemente un olor “raro” y desagradable.
  • Ciclos de funcionamiento raros: se enciende y se apaga muy a menudo (ciclos cortos) o, al contrario, no para nunca aunque ya haya alcanzado la temperatura. Ambas cosas suelen ser síntoma de ineficiencia.
  • Goteo de agua donde no debería: si ves agua goteando de la unidad interior o exterior de forma anormal.
  • Acumulación de hielo: si ves hielo o escarcha formándose en alguna parte de la unidad interior o en los tubos de la unidad exterior. Esto es un signo claro de que algo no va bien en el ciclo de refrigeración y la eficiencia se está desplomando.

Ignorar estas señales no solo significa seguir pagando de más en tus facturas, sino que puede acabar en una avería mucho más grave y costosa. A veces, estos problemas son el resultado de errores comunes que cometemos con la climatización eficiente.

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Mitos comunes sobre el mantenimiento y la eficiencia

Circulan por ahí algunas ideas sobre el mantenimiento que no son del todo ciertas. Vamos a desmontar las más comunes:

  • “Si funciona bien, mejor no tocarlo”: ¡Gran error! El mantenimiento preventivo, el que haces antes de que falle, es precisamente para evitar que deje de funcionar o que empiece a gastar energía como un loco sin que te des cuenta. Esperar a que se rompa siempre es más caro y mucho menos eficiente.
  • ”El mantenimiento profesional es muy caro”: piensa en lo que te ahorras mes a mes en la factura de la luz o el gas gracias a un equipo eficiente. Y súmale lo que te ahorras al evitar reparaciones gordas. La revisión anual suele costar bastante menos que una avería media, y el ahorro energético a menudo la compensa en pocos meses.
  • ”Puedo hacer todo el mantenimiento yo mismo viendo vídeos en internet”: ojalá fuera tan fácil. Las tareas básicas como limpiar filtros o las carcasas, sí, claro. Pero meter mano a la carga de gas, a las conexiones eléctricas o a la limpieza profunda de componentes internos requiere herramientas especiales y conocimientos técnicos. Una mala manipulación puede ser peligrosa para ti o dañar seriamente el equipo. ¡No te la juegues!
  • ”Mi equipo es nuevo, no necesita mantenimiento todavía”: incluso los equipos recién instalados se benefician de una revisión al cabo del primer año. Sirve para asegurar que todo se instaló correctamente, que no hay fugas iniciales y que funciona al 100% de su capacidad. Además, la suciedad empieza a acumularse desde el primer día. Y ojo, muchos fabricantes exigen esas revisiones anuales para mantener la garantía oficial.

Preguntas frecuentes sobre el mantenimiento de la climatización eficiente

¿De verdad se ahorra tanto dinero con el mantenimiento eficiente?

¡Rotundamente sí! Un equipo de climatización bien mantenido puede llegar a consumir entre un 5% y hasta un 40% menos de energía que uno que está descuidado. El porcentaje exacto depende de lo mal que estuviera antes y del tipo de mantenimiento que se le haga. Si a ese ahorro energético le sumas lo que te evitas en posibles reparaciones caras, las cuentas salen muy a favor del mantenimiento.

¿Qué riesgo corro si me salto la revisión anual del técnico para ahorrarme ese dinero?

Es un ahorro que puede salir caro a la larga. A corto plazo te guardas el coste de la revisión, sí, pero te expones a varias cosas: un consumo de energía mayor (facturas más altas mes a mes), una vida útil más corta para tu equipo (tendrás que cambiarlo antes) y, sobre todo, a averías inesperadas que suelen costar bastante más que la propia revisión preventiva. Además, como decíamos, podrías tener problemas con la garantía del fabricante si no cumples con el mantenimiento recomendado.

¿Es suficiente con que yo haga el mantenimiento básico para que sea eficiente?

Hacer tú mismo las tareas básicas como limpiar los filtros regularmente y mantener limpias las unidades por fuera es fantástico y ayuda muchísimo a la eficiencia. ¡No dejes de hacerlo! Sin embargo, para una optimización completa y para asegurarte de que todo funciona como un reloj (carga de gas correcta, conexiones seguras, componentes internos limpios), la revisión por parte de un profesional cualificado al menos una vez al año sigue siendo necesaria. Es la combinación de ambos tipos de mantenimiento lo que da los mejores resultados.

¿El mantenimiento de una bomba de calor para que sea eficiente es distinto al de un aire acondicionado?

Los principios básicos son muy parecidos, porque técnicamente son sistemas muy similares que usan un ciclo de refrigeración. Para una bomba de calor, la limpieza de filtros, la limpieza de las unidades interior y exterior, y la revisión profesional anual (que incluye sí o sí la comprobación del nivel de refrigerante) son igual de importantes para mantener su alta eficiencia, tanto cuando la usas para dar frío en verano como para dar calor en invierno.

Al limpiar los filtros, ¿solo mejoro la eficiencia o también la calidad del aire?

¡Mejoras las dos cosas! Es un beneficio doble. Un filtro limpio permite que el aire pase sin resistencia, lo que ahorra energía (mejora la eficiencia). Pero, al mismo tiempo, un filtro limpio hace mucho mejor su trabajo de atrapar partículas de polvo, polen, esporas de moho, pelos de mascota y otros alérgenos. Así que, sí, también consigues que el aire que respiras dentro de casa sea más saludable.