¿Te has parado a pensar que una instalación “regulera” puede tirar por tierra la eficiencia de tu nuevo y flamante equipo de climatización? Pues sí, es una faena, pero ocurre. Esta guía de instalación de climatización eficiente se mete de lleno justo ahí: en el proceso que siguen los profesionales. No vamos a enseñarte a instalarlo tú mismo, que eso es cosa seria, sino a entender qué hace que una instalación sea de diez y qué puedes mirar tú para que todo salga redondo. Queremos que disfrutes de tu confort y veas el ahorro en la factura. ¡Vamos a ello!
¿Por qué es tan importante la instalación para que sea eficiente?
Piensa en esto: te compras un coche híbrido súper eficiente, pero sales del taller con las ruedas bajas y una pequeña fuga de gasolina. ¿A que no rendiría igual? Con la climatización pasa algo muy parecido.
Puedes haber elegido el aparato con la mejor etiqueta energética del mercado, quizá un A+++, pero si la instalación se hace sin el cuidado y la profesionalidad necesarios, gran parte de esa eficiencia se escapa. Y no es una forma de hablar, se escapa de verdad.
Una instalación mal hecha puede causar problemas como:
- Fugas de refrigerante: el gas encargado de enfriar o calentar se pierde poco a poco. Esto obliga al equipo a trabajar mucho más para alcanzar la temperatura que le pides. El resultado: adiós al ahorro.
- Fugas de aire en los conductos: si tienes un sistema por conductos, las fugas hacen que una parte del aire, ya frío o caliente, se pierda por falsos techos o paredes en vez de llegar a las habitaciones. Es como intentar llenar un cubo con agujeros.
- Conexiones eléctricas deficientes: pueden provocar que el aparato consuma más de la cuenta o, lo que es peor, crear un riesgo para la seguridad.
- Mala ubicación de las unidades: si la máquina exterior está a pleno sol todo el día o la interior recibe corrientes de aire directas, su rendimiento cae en picado. Necesitan “respirar” y trabajar en condiciones óptimas.
Una instalación bien hecha no es un lujo, es la base para que tu inversión en un equipo eficiente se note de verdad en tu comodidad y en lo que pagas de luz o gas.
Antes de que lleguen los instaladores: la preparación es medio trabajo
De acuerdo, ya tenemos claro que la instalación es crucial. Pero antes de que el equipo de instaladores aparezca con sus herramientas, hay algunas cosas que conviene tener atadas.
El tamaño sí importa: calcula bien la potencia
Esto es básico y, aunque se decide antes de comprar el equipo, es vital asegurarse de que el cálculo fue correcto. Un equipo que se queda corto de potencia trabajará a tope sin parar y nunca llegará a climatizar bien la casa. Por otro lado, uno demasiado potente hará arranques y paradas muy cortos, gastando más energía y sin controlar bien la humedad del ambiente.
- ¿Qué puedes hacer tú? No te cortes y pregunta al profesional cómo calculó la potencia necesaria. Debería haber tenido en cuenta los metros cuadrados de la estancia o casa, cómo de bien aislada está, la orientación (si da mucho el sol), el número y tipo de ventanas, cuánta gente vive allí… Desconfía de los cálculos hechos “a ojo de buen cubero”. Si quieres profundizar en cómo dar con el equipo perfecto, echa un ojo a nuestro artículo sobre cómo elegir climatización eficiente.
Elegir al instalador adecuado: no te fijes solo en el precio
No todos los profesionales instalan igual, eso es un hecho. Busca gente cualificada, que pueda demostrar experiencia con sistemas eficientes y que tenga buenas opiniones de otros clientes.
- ¿Qué puedes hacer tú? Pide varios presupuestos detallados, claro, pero no te quedes solo con el número final. Indaga sobre su experiencia, pregunta si tienen las certificaciones necesarias (como el carné RITE en España), qué garantía te dan sobre el trabajo de instalación… Una buena señal es que te hablen abiertamente de cómo aseguran una instalación eficiente: cómo sellan los conductos, si hacen el vacío al sistema, etc. Para más pistas sobre esto, te puede interesar cómo contratar climatización eficiente.
Planificar dónde va cada cosa
Pensar con calma dónde se van a colocar las unidades, tanto la interior como la exterior, y el termostato es más importante de lo que parece.
- Unidad interior: debe poder repartir el aire de forma homogénea por la habitación, sin que te dé el chorro de aire directamente si estás sentado en el sofá, por ejemplo. También es mejor alejarla de fuentes de calor como lámparas potentes o ventanas donde pegue mucho el sol.
- Unidad exterior: necesita espacio alrededor para ventilar bien; no la encajones ni la tapes con plantas muy cerca. Debe estar sobre una base firme y nivelada para evitar vibraciones y ruidos molestos. Si es posible, busca un sitio protegido del sol más fuerte y de la lluvia directa. Piensa también que sea accesible para futuras tareas de mantenimiento de la climatización eficiente.
- Termostato: colócalo lejos de corrientes de aire (puertas, ventanas), de la luz solar directa o de aparatos que desprendan calor (radiadores, televisores). Lo ideal es en una pared interior, a una altura cómoda, más o menos a 1,5 metros del suelo.
¿Qué puedes hacer tú? Habla con el instalador sobre las mejores opciones de ubicación antes de que empiecen a hacer agujeros. Coméntale cómo usáis la casa, vuestras rutinas… Visualiza cómo quedará y si será práctico.
Manos a la obra: ¿en qué fijarte durante la instalación?
Llegó el día clave. Los instaladores están en casa. No se trata de estar encima de ellos vigilando cada tornillo, pero sí es útil tener una idea de qué están haciendo y por qué es importante.
Colocación de las unidades (interior y exterior)
Confirma que las ponen donde acordasteis y que cumplen lo que hablamos: niveladas, con espacio suficiente, etc. Fíjate si instalan unos soportes de goma o muelles (silentblocks) bajo la unidad exterior; ayudan mucho a reducir las vibraciones y el ruido que llega a casa.
Las tuberías del gas: el circuito vital
Son esos tubos de cobre que conectan la máquina de dentro con la de fuera. Por ahí circula el gas refrigerante.
Puntos clave a simple vista:
- Aislamiento: los dos tubos de cobre deben ir forrados con una funda aislante, normalmente de espuma negra. Esto es crucial para que no se pierda frío o calor por el camino y para evitar que se forme condensación (agua) en el tubo frío. Asegúrate de que el aislamiento cubre todo el tubo, sin dejar trozos al aire.
- Curvas suaves: las tuberías deben seguir un camino lo más directo posible, sin pliegues ni curvas muy cerradas que puedan dificultar el paso del gas.
- Conexiones limpias: las uniones entre tubos o con las máquinas deben tener un aspecto profesional. Una fuga de gas por una mala conexión es un problema gordo y caro de arreglar.
Los conductos de aire: ¡que no se escape ni una gota de aire!
Si has elegido un sistema por conductos, esos que van escondidos en el falso techo, este punto es oro puro para la eficiencia.
Puntos clave a simple vista:
- Juntas bien selladas: todas las uniones entre los diferentes tramos de conducto, y las conexiones con las rejillas y con la máquina principal, deben estar perfectamente selladas. Pregunta qué material usan para sellar. Lo ideal es una masilla específica (mastic), que es mucho más duradera y efectiva que la típica cinta adhesiva plateada, que se acaba despegando. Las fugas en los conductos son un auténtico agujero negro para la energía.
- Aislamiento correcto: si los conductos pasan por zonas que no están climatizadas, como un desván o un garaje, tienen que estar bien aislados por fuera para que el aire no pierda temperatura antes de llegar a las habitaciones.
La parte eléctrica: seguridad ante todo
Aquí no hay que jugársela. Puntos clave a simple vista:
- Línea eléctrica propia: lo normal y recomendable es que el equipo de climatización tenga su propio circuito eléctrico directo desde el cuadro general de la casa, con su interruptor automático (magnetotérmico) de protección adecuado.
- Cables adecuados: los cables deben tener el grosor correcto para la potencia del equipo. Un cable demasiado fino se puede sobrecalentar. Las conexiones deben verse seguras, sin empalmes improvisados.
El desagüe del agua: evitar humedades
La unidad interior, al enfriar el aire, produce agua por condensación. Ese agua tiene que ir a parar a algún sitio.
Puntos clave a simple vista:
- Pendiente constante: el tubo de desagüe debe tener una inclinación continua hacia abajo, hasta el punto donde vierte el agua (un desagüe general de la casa, el exterior…). Si no tiene pendiente, el agua se puede quedar estancada y provocar malos olores o incluso desbordamientos.
- Salida libre: comprueba que el extremo final del tubo no quede metido dentro de agua ni aplastado u obstruido.
La prueba final y las explicaciones: ¡No des el trabajo por terminado aún!
Hacer el vacío al circuito: un paso que no se pueden saltar
Antes de soltar el gas refrigerante dentro de las tuberías nuevas, es imprescindible sacar todo el aire y la humedad que se ha quedado dentro. Esto se hace conectando una máquina llamada bomba de vacío.
- ¿Qué puedes hacer tú? Pregúntale al instalador si va a hacer el vacío y cuánto tiempo lo dejará conectado. Es un paso fundamental para que el equipo enfríe/caliente bien y para que el compresor, que es el corazón del aparato, dure más años. Saltarse este paso es una mala práctica profesional que afecta directamente al rendimiento.
La carga de gas: ni mucho, ni poco
Los equipos nuevos suelen traer de fábrica la cantidad justa de gas para una distancia estándar de tubería. Si en tu casa la distancia es mayor, quizás necesiten añadir un poco más de gas. Si es más corta, a veces hay que quitar un poquito.
- ¿Qué puedes hacer tú? No tienes que saber la cantidad exacta, pero sí puedes mostrar interés y preguntar si han comprobado que la carga de gas es la correcta para tu instalación. Usan unos relojes especiales llamados manómetros para medirlo. Una carga incorrecta, por exceso o por defecto, hace que el equipo consuma más y rinda menos.
Comprobar que todo funciona: la hora de la verdad
El instalador debe poner en marcha el equipo en modo frío y también en modo calor (si es una bomba de calor) y verificar contigo que:
- El aire sale frío (o caliente) por las rejillas o la unidad interior.
- La unidad exterior arranca y funciona sin hacer ruidos raros o vibraciones excesivas.
- El termostato funciona bien: si subes o bajas la temperatura deseada, el equipo responde.
- El agua de la condensación sale correctamente por el tubo de desagüe.
Las explicaciones del instalador: ¡Ahora es tu turno de preguntar!
Antes de recoger las herramientas e irse, un buen profesional debería dedicar un tiempo a explicarte:
- Cómo se maneja el mando a distancia o el termostato.
- Las funciones principales del equipo (modo eco, programación, etc.).
- Consejos básicos para usarlo de forma eficiente y ahorrar.
- Cada cuánto tiempo y cómo debes limpiar los filtros de la unidad interior. ¡Esto es súper importante para que respire bien!
- Qué cubre la garantía de la instalación que ellos han hecho y la garantía del fabricante del equipo.
¿Qué puedes hacer tú? ¡Este es tu momento! No te quedes con dudas. Pregunta todo lo que no entiendas, por básico que te parezca. Es tu casa, tu equipo y tu dinero. Asegúrate de que te entregan todos los papeles: manual de instrucciones, certificado de la instalación si aplica, y la factura detallada donde conste la garantía. Guárdalo todo bien.
Preguntas frecuentes sobre la guía de instalación de climatización eficiente
¿Cuánto se tarda en hacer una instalación de climatización eficiente?
▲Varía bastante. Instalar un aparato simple tipo split (una unidad interior y una exterior) puede llevar unas cuantas horas, quizás media jornada de trabajo. Pero si es un sistema multisplit (varias unidades interiores) o uno completo por conductos, puede llevar varios días. Lo mejor es que le pidas al instalador una estimación de tiempo para tu caso concreto.
¿Se pueden usar los conductos viejos si ya tenía aire acondicionado?
▼A veces sí, pero hay que ser muy cuidadoso. Es fundamental que un profesional revise a fondo cómo están esos conductos antiguos. Tienen que estar limpios, tener el tamaño adecuado para el flujo de aire del equipo nuevo y, lo más importante, poder sellarse perfectamente para evitar fugas. Si los conductos viejos están deteriorados, sucios o llenos de fugas, reutilizarlos puede ser un error que eche por tierra la eficiencia de tu nuevo sistema.
¿Qué diferencia hay entre una instalación "normal" y una "eficiente"?
▼La gran diferencia está en prestar atención a los detalles que hemos comentado a lo largo de la guía. Una instalación eficiente cuida el dimensionamiento previo, elige las mejores ubicaciones, sella e aísla todo a conciencia (tuberías, conductos), realiza el vacío del circuito como mandan los cánones, ajusta la carga de gas refrigerante con precisión y verifica que todo funciona perfectamente al final. Una instalación "normalita" puede que enfríe o caliente, sí, pero una instalación "eficiente" se asegura de que tu equipo rinda al 100% de lo que promete y te ayude a ahorrar energía mes a mes.
¿Hace falta pedir algún permiso para la instalación?
▼Para las instalaciones más habituales en viviendas, como poner un split, normalmente no se necesita un permiso de obra mayor. Sin embargo, siempre es bueno consultar la normativa de tu ayuntamiento. Además, si vives en una comunidad de vecinos, es importante revisar los estatutos o preguntar al administrador, sobre todo por la colocación de la unidad exterior en la fachada, que puede tener limitaciones estéticas o de ubicación. Puedes encontrar información más general en la normativa climatización y eficiencia actualizada.