¿Te suenan esas pegatinas de colores en los electrodomésticos, en el aire acondicionado nuevo o incluso en algunos sistemas de calefacción? Es la etiqueta de eficiencia energética. Muchos la vemos, pero, seamos sinceros, pocos la entendemos de verdad. Aquí te vamos a contar, de forma clara y sencillita, cómo leerla para que elijas lo mejor para tu bolsillo y para el planeta. ¡Vamos a ello!
¿Qué es exactamente la etiqueta de eficiencia energética?
La etiqueta de eficiencia energética es como el DNI de un aparato en cuanto a lo que gasta. Es una herramienta visual, súper útil, que te dice de un vistazo cuánta energía consume un electrodoméstico o un equipo de climatización, y cómo se compara con otros modelos similares.
Piensa en ella como una chuleta que te ayuda a tomar decisiones inteligentes. Su principal objetivo es informarte de manera clara y estandarizada para que puedas elegir productos que consuman menos energía. Y esto, amigo o amiga, se traduce en ahorro en tu factura de la luz y en un respiro para el medio ambiente. ¡No está nada mal, eh!
Esta etiqueta es obligatoria en la Unión Europea para un montón de productos, desde frigoríficos y lavadoras hasta aires acondicionados y televisores. Así que, la próxima vez que vayas a comprar uno, ¡ya sabes dónde mirar primero!
¿Por qué es tan importante esta etiqueta? ¡Más de lo que crees!
Quizás pienses que es solo una pegatina más, pero ¡para nada! La etiqueta de eficiencia energética tiene un peso importante por varias razones:
- Ahorro económico en tu bolsillo: Este es el punto que más nos suele tocar la fibra, ¿verdad? Un aparato más eficiente consume menos electricidad. Menos electricidad significa una factura de la luz más baja mes a mes. A lo mejor la inversión inicial es un poquito mayor, pero a la larga, te aseguro que lo notas.
- Cuidamos el planeta: Consumir menos energía no solo es bueno para tu economía, sino también para el medio ambiente. Menos demanda energética implica quemar menos combustibles fósiles, reducir las emisiones de CO2 y, en definitiva, luchar contra el cambio climático. Cada pequeño gesto cuenta, y elegir un producto eficiente es un gran gesto. Si te interesa saber más sobre cómo tus elecciones impactan, puedes echar un vistazo a nuestro artículo sobre el impacto ambiental de la climatización eficiente.
- Información clara para comparar: Antes de estas etiquetas, comparar el consumo de dos lavadoras era una odisea. Ahora, gracias a un sistema unificado, puedes poner dos modelos uno al lado del otro y ver rápidamente cuál te conviene más en términos de eficiencia. ¡Se acabaron las dudas existenciales en la tienda!
- Fomenta la innovación: Al hacer visible la eficiencia, los fabricantes se ponen las pilas para diseñar productos cada vez mejores y que consuman menos. Es un círculo virtuoso: tú exiges eficiencia, ellos la ofrecen.
Descifrando la etiqueta: guía paso a paso
Vale, ya sabemos qué es y por qué es importante conocerla. Ahora vamos al lío: ¿cómo se lee esta etiqueta para no perdernos entre tanta letra y color? Es más fácil de lo que parece, ¡prometido!
La escala de colores y letras: de la A a la G
Esto es lo primero que salta a la vista. Verás una escala de colores que va del verde oscuro al rojo, acompañada de letras. Desde marzo de 2021, la escala se simplificó y ahora va de la A (la más eficiente, en verde oscuro) a la G (la menos eficiente, en rojo).
Antes, quizás recuerdes las famosas A+, A++ y A+++. Estas desaparecieron para dejar un sistema más claro y exigente. ¿Por qué? Porque la tecnología avanzó tanto que casi todos los productos nuevos eran A++ o A+++, y la diferencia entre ellos no estaba tan clara para el consumidor. Con la nueva escala, hay más margen para la mejora y es más fácil distinguir los verdaderamente eficientes.
¡Ojo! Un producto que antes era A+++ ahora podría ser una B o una C en la nueva etiqueta, ¡y no significa que sea peor! Simplemente, los requisitos son más estrictos. Lo importante es comparar productos con la misma etiqueta (la nueva).
Así que, cuando veas la etiqueta, busca la flecha negra que te indica en qué letra se sitúa el producto que estás mirando. Cuanto más cerca de la A (verde), ¡mejor!
El consumo de energía: el número clave
Justo debajo de la escala de letras, o en un lugar destacado, encontrarás el consumo energético del aparato. Este es un dato crucial.
Se expresa en kilovatios hora (kWh). Dependiendo del tipo de producto, este consumo puede referirse a:
- kWh/año: para aparatos que suelen estar siempre encendidos, como frigoríficos o congeladores.
- kWh/100 ciclos: típico de lavadoras, lavavajillas o lavadoras-secadoras. Te da una idea del gasto cada 100 usos.
- kWh/1000h (mil horas): común en televisores o fuentes de luz (bombillas).
Este número te permite calcular, más o menos, cuánto te costará usar ese aparato. Si sabes el precio del kWh de tu tarifa eléctrica, puedes hacer una estimación.
Por ejemplo, si una lavadora consume 70 kWh/100 ciclos y el kWh te cuesta 0,15€, pues cada 100 lavados te saldrán por 10,5€ (70 x 0,15). ¡Así de fácil!
Los pictogramas: información extra muy útil
Debajo del consumo energético, verás unos dibujitos llamados pictogramas. Estos pequeños iconos te dan información específica sobre las características y el rendimiento del producto. ¡Son súper prácticos porque te dicen mucho de un solo vistazo!
Algunos de los más comunes son:
- Para lavadoras y lavavajillas: capacidad de carga (en kg o número de cubiertos), consumo de agua por ciclo (en litros), eficiencia del centrifugado (de A a G), duración del programa “eco” , y nivel de ruido (en decibelios, dB).
- Para frigoríficos y congeladores: volumen total de los compartimentos (en litros), y nivel de ruido (dB).
- Para televisores y pantallas: tamaño de la pantalla (diagonal en cm y pulgadas), resolución.
- Para aires acondicionados (portátiles o pequeños que usen esta etiqueta general): nivel de ruido (dB), capacidad de refrigeración (kW), SEER (ratio de eficiencia energética estacional en modo frío), y a veces SCOP (coeficiente de rendimiento estacional en modo calor). Para sistemas más complejos, la etiqueta es diferente (etiqueta ErP), pero la idea de buscar eficiencia es la misma.
Fíjate bien en estos pictogramas porque te ayudarán a elegir el aparato que mejor se adapta a tus necesidades reales, más allá del consumo. Por ejemplo, si vives en un piso pequeño, el ruido de la lavadora o del aire acondicionado será un factor muy importante.
El código QR: tu puerta a más detalles
Una de las novedades más chulas de la nueva etiqueta es la inclusión de un código QR en la esquina superior derecha. Si lo escaneas con tu móvil, te lleva directamente a la ficha de ese producto en la base de datos europea llamada EPREL (European Product Registry for Energy Labelling).
¿Y qué encuentras en EPREL? Pues un montón de información técnica detallada sobre el producto, mucho más de lo que cabe en la etiqueta física. Es como tener acceso al expediente completo del aparato. Puedes ver todas sus características, compararlo con otros, y verificar que la información de la etiqueta es correcta. Es una herramienta de transparencia genial.
La “nueva” etiqueta de eficiencia energética: ¿qué ha cambiado?
Como te adelantaba, en 2021 se renovó la etiqueta energética. No fue un capricho, sino una necesidad para adaptarse a los tiempos y a los avances tecnológicos. Los cambios principales fueron:
- Escala única de A a G: se eliminaron las clases A+, A++ y A+++. Ahora es más sencillo: A es lo mejor, G lo peor.
- Reajuste de las clases: los criterios para cada letra son más exigentes. Esto significa que un producto que antes era A+++, con la nueva etiqueta puede ser una B, C o incluso D. ¡No te asustes! Sigue siendo eficiente, pero la vara de medir es más alta.
- Inclusión del código QR: para acceder a la base de datos EPREL y tener toda la info a mano.
- Diseño más claro y moderno: con iconos más intuitivos en algunos casos.
- Cálculo del consumo más realista: para algunos productos, la forma de calcular el consumo anual o por ciclo se ha ajustado para reflejar mejor el uso real en los hogares.
¿El objetivo de todo esto? Que tú, como consumidor, tengas información más clara y útil, y que los fabricantes sigan esforzándose por innovar y ofrecer productos cada vez más eficientes. ¡Todos salimos ganando!
Nuestra opinión experta
Tener el mayor número de aparatos eficientes en tu casa es importante, pero también lo es encontrar una tarifa que cumpla con tus necesidades y con la que no pagues de más. Para encontrar la mejor opción, llama gratis al 91 330 97 04 y uno de nuestros asesores te ayudará de forma personalizada.
¿Cómo te ayuda la etiqueta al elegir equipos de climatización eficiente?
Cuando hablamos de climatización (aire acondicionado, calefacción), la cosa puede ser un pelín diferente. Los sistemas de climatización más grandes y complejos, como las calderas, las bombas de calor (incluida la aerotermia) o los aires acondicionados por conductos, tienen su propio sistema de etiquetado energético, regulado por la directiva ErP (Energy related Products). Estas etiquetas son también muy completas e indican rendimientos estacionales como el SEER y el SCOP.
Sin embargo, el espíritu es el mismo: buscar la máxima eficiencia. Y lo que aprendes al entender la etiqueta energética “general” de los electrodomésticos te sirve muchísimo. Te da la mentalidad de fijarte en el consumo, en las prestaciones y en cómo un aparato te va a afectar a largo plazo.
Además, algunos equipos más pequeños o portátiles de climatización, como ciertos aires acondicionados portátiles o deshumidificadores, sí pueden llevar la etiqueta energética estándar que hemos estado viendo (la de A-G). En estos casos, todo lo que hemos explicado aplica directamente.
Entender la etiqueta de eficiencia energética te da las herramientas para ser un consumidor más crítico y consciente. Sabrás qué preguntas hacer y qué datos buscar, incluso cuando te enfrentes a sistemas de etiquetado más específicos como los de la climatización. Si estás pensando en renovar tu sistema, es importante saber cómo elegir tu sistema de climatización eficiente.
Consejos prácticos para usar la etiqueta a tu favor
Ahora que eres casi un experto o experta en la etiqueta de eficiencia energética, aquí van unos truquillos finales para sacarle todo el partido:
- No te fijes solo en la letra: la clase energética (A, B, C…) es una guía rápida, pero compara siempre el consumo anual en kWh. Dos aparatos de la misma clase pueden tener consumos ligeramente diferentes. ¡Ese “poquito” puede sumar a final de año!
- Piensa en el uso que le vas a dar: un frigorífico súper eficiente de clase A es genial, pero si es enorme y vives solo, quizás estés pagando por un tamaño que no necesitas. Adapta tu elección a tus hábitos y necesidades reales.
- Considera el ciclo de vida completo: un aparato más barato de entrada pero con una clase G te saldrá caro a la larga por su alto consumo. A veces, invertir un poco más en un modelo eficiente se amortiza con creces en las facturas.
- Los pictogramas son tus amigos: ¿Necesitas una lavadora silenciosa? ¿Un frigo con mucho espacio de congelador? Los pictogramas te dan esa información clave.
- Usa el código QR: no te cortes, escanea el QR y cotillea en la base EPREL. Encontrarás datos que te pueden sorprender y ayudar a decidir.
Preguntas frecuentes sobre la etiqueta de eficiencia energética
¿Todos los electrodomésticos y aparatos tienen etiqueta de eficiencia energética?
▲No todos, pero sí una gran mayoría de los que consumen energía y se venden en la UE. La lista incluye frigoríficos, congeladores, lavadoras, secadoras, lavavajillas, hornos, televisores, fuentes de luz (bombillas), y equipos de aire acondicionado, entre otros. La lista de productos obligados a llevarla se va actualizando.
¿Qué diferencia real de consumo hay entre una etiqueta A y una G?
▼La diferencia es muy significativa. Un producto de clase A consume muchísima menos energía que uno de clase G para realizar la misma función. Aunque el porcentaje exacto varía según el tipo de aparato, podemos hablar de que un clase A puede llegar a consumir hasta un 50% o menos que un clase D o E, y la diferencia con una G es aún mayor. Esto se traduce en un gran ahorro en la factura eléctrica a lo largo de la vida útil del producto.
¿Dónde puedo encontrar más información sobre la etiqueta de un producto específico?
▼La mejor fuente es la base de datos europea EPREL. Puedes acceder a ella escaneando el código QR de la etiqueta del producto con tu móvil, o visitando directamente la web EPREL. Allí encontrarás fichas técnicas detalladas de cada modelo registrado.
¿La etiqueta de eficiencia energética es igual en todos los países de Europa?
▼Sí, una de las grandes ventajas es que la etiqueta de eficiencia energética es un sistema armonizado para toda la Unión Europea. Esto significa que el diseño, la escala de la A a la G, y la información que contiene son los mismos en España, Alemania, Francia o cualquier otro país miembro. Facilita mucho la comparación si compras productos en diferentes países o de fabricantes internacionales.
Si un producto no tiene etiqueta, ¿significa que es poco eficiente?
▼No necesariamente. Puede ser que ese tipo de producto aún no esté obligado a llevarla. Sin embargo, si se trata de una categoría de producto que sí debe tenerla (como un frigorífico o una lavadora) y no la encuentras, deberías preguntar al vendedor. La ausencia de etiqueta en un producto que debería tenerla puede ser una señal de alerta o simplemente un descuido. En general, los fabricantes suelen destacar la eficiencia de sus productos si es buena.